¿Se ha devaluado la educación vial en nuestro país? Son muchas las voces que así lo afirman, y desde Race parecen haber tomado buena nota a la hora lanzar sus cursos para aprender a conducir en situaciones difíciles y responder adecuadamente a los posibles conflictos en carretera. Esta propuesta, pionera en nuestro país, pretende reducir la siniestralidad entre los jóvenes españoles, cuya principal causa de muerte son los accidentes de tráfico. ¿Te animas a descubrir todas las claves de estos cursos y cómo pretenden reducir la mortalidad hasta un 6%?

Las últimas encuestas revelan que los matriculados perciben la formación de autoescuela como válida para optar al permiso de conducir, pero insuficiente para afrontar situaciones de riesgo fuera del circuito cerrado.

De acuerdo al Observatorio Europeo de Seguridad Vial, la mortalidad entre los jóvenes reconoce en los accidentes en carretera su principal factor causante, una revelación alarmante, desde luego. Y no hablamos de unos pocos cientos sino de miles de usuarios que pierden la vida cada año. Recientes encuestas apuntan a las distracciones en carretera como una causa directa, pues un 36% de los jóvenes responde llamadas al volante mientras que más del 40% conversa a través de aplicaciones de mensajería. Con el firme propósito de eliminar estos malos hábitos y perfeccionar las habilidades de los conductores, el Real Automóvil Club de España (RACE) ha diseñado unos cursos que abarcan aspectos teóricos, técnicos y prácticos de la conducción.

Los contenidos formativos en las autoescuela no incluyen maniobras para situaciones para situaciones límite, y por ello desde Race han lanzado cursos para aprender a conducir y percibir la peligrosidad en carretera, gracias a un acuerdo histórico entre la CNAE (Confederación Nacional de Autoescuelas) y el club de automovilistas creado en 1903. Estos cursos no pretenden rivalizar, por así decirlo, con la formación estandar de los centros de educación vial sino complementarla. A pesar de su carácter opcional, Race confía que 3 de cada 10 jóvenes aspirantes mejoren su aprendizaje con ellos.

Estos cursos de perfeccionamiento se dividen en tres bloques bien diferenciados. Las lecciones teóricas se centran en aquellos factores que pueden desencadenar un accidente mortal (ausencia de cinturón de seguridad, efectos del alcohol y las sustancias estupefacientes, uso de smartphones, etc.), mientras que las lecciones técnicas invitan a los alumnos a experimentar situaciones extremas con simuladores de conducciónç, tecnología revolucionaria que con toda seguridad estará en el futuro inmediato de este sector. En el último bloque, encontramos las lecciones prácticas, que a diferencia de las anteriores, pondrán a los automovilistas cara a cara con el peligro: movimientos imprevistos de otros usuarios, meteorología adversa, asfalto en malas condiciones, etc.

De esta forma, Race reafirma su compromiso con la reducción de la siniestralidad entre la población conductora de entre 18 y 29 años. De hecho, el club presidido por Carmelo Sanz de Barros promete disminuir las tasas de accidentes mortales hasta un 6%, una meta ambiciosa que desde AutoescuelaPro respaldamos plenamente.

Por qué los cursos para aprender a conducir aportan un valor añadido

La iniciativa del Real Automóvil Club no es casual. Según una reciente encuesta con la colaboración de Red Bull, más del 50% de los matriculados consideran que la formación recibida en la autoescuela está destinada, casi únicamente, a superar las pruebas teórica y práctica, siendo insuficiente para la «vida real». Y es que tanto los jóvenes aspirantes como los docentes echan en falta lecciones dedicadas a enfrentar situaciones de riesgo, con el propósito de evitar y/o minimizar los daños en el mundo más allá de la autoescuela. De ahí la importancia de esta iniciativa de Race.

La meteorología, los cambios imprevistos de carril del resto de conductores y otras situaciones exigen una reacción rápida y precisa, que no se enseña en los centros de formación vial.

Así las cosas, estos novedosos cursos para aprender a conducir no pasarán desapercibidos entre los jóvenes conductores, que perciben la educación recibida en las autoescuelas más como una forma de conseguir la ansiada ‘L’, que como un medio para aprender a conducir «de verdad». ¡Anímate! ¿Qué te han parecido estos cursos de conducción?, ¿piensas que son innecesarios o crees que prestarán un buen servicio a los usuarios más jóvenes? ¡Compártelo con nosotros!

Imágenes cortesía y propiedad de Race.