¿Por qué nos encanta escuchar música al volante? Un original estudio del Instituto CSA Research y Citroën puso de manifiesto en 2016 que este es uno de los comportamiento recurrentes entre la población conductora, además de cantar o conversar consigo mismo. No obstante, hasta ahora ningún estudio se había puesto de acuerdo en el impacto de la música en la conducción. ¿Puede considerarse una distracción?, ¿nos ayuda a mantenernos despiertos?, ¿hay géneros musicales más aptos para escuchar en el asfalto? Si quieres descubrir la respuesta a estas cuestiones, tienes una cita con las siguientes líneas. ¡No te decepcionarán!
Basta quedarse atrapado en un atasco para comprobar que escuchar música al volante figura entre los hábitos más extendidos entre nuestros conductores. Pero ¿nos ayudará a alcanzar los cero fallecidos en carretera antes del 2020 u obstaculizará esta meta? Un estudio de Confused se ha atrevido a ‘hincar el diente’ a tan espinosas cuestiones, llegando a conclusiones muy sorprendentes.
Ocho sujetos (cuatro hombres y cuatro mujeres) circularon durante 800 kilómetros en vehículos con idénticas prestaciones y ajustes. Mientras unos salvaban este trayecto escuchando canciones, otros hacían lo propio en silencio. Como se hace evidente, este último grupo condujo con una mayor precisión, demostrando así que apagar la radio es una buena decisión en puertos de montañas y otras áreas de especial peligrosidad. Sin embargo, el grupo que había disfrutado de la música mostraba algunas irregularidades, cuando menos, curiosas.
¿Existen buenas y malas canciones para conducir?
En vista de lo anterior, parece claro que la música y la conducción mantienen una estrecha relación. Un análisis detallado de los diversos géneros y estilos y su impacto en nuestro desempeño al volante reveló que el tempo interfiere peligrosamente en la agresividad al volante. Tanto es así que todas las melodías que superen los 80 BPM (del inglés, ‘beats per minute’) deberían ser evitadas en la carretera.
Por si fuera poco, géneros como el heavy metal o el hip-hop estarían detrás de las conductas improcedentes al volante de algunos usuarios. Y es que estos estilos musicales incrementan el riesgo de cometer errores, como consecuencia de maniobras arriesgadas (apuradas de frenada, aceleración, etc.). Por contra, la música clásica tenía el efecto contrario. En otras palabras, Beethoven y Mozar son bienvenidos en nuestras escapadas de carretera, mientras que Snoop Dogg, Eminem o Aerosmith deben reservarse para otras ocasiones.
Pero como venimos avisando, el silencio es un copiloto excepcional, pues favorece estados más intensos de concentración y una menor posibilidad de cometer errores o imprudencias. No obstante, no todos nuestros conductores pueden resistirse a escuchar música al volante. Los resultados de dicho estudio han validado una serie de canciones como las más compatibles con esta actividad.
El pop se impone en este sentido: Angels, de Robbie Williams; Billionaire, de Travie McCoy y Bruno Mars; I’m Yours, de Jason Mraz, I’m Yours, o Video Games, de Lana del Rey. Desafortunadamente, las melodías con mayor ritmo figuran en la lista negra del conductor: Hey Mama, de The Black Eyed Peas; Dead on Arrival, de Fall Out Boy; Paper Planes, de M.I.A 4, o Walkie Talkie Man, de Steriogram.
Así las cosas, escuchar música al volante no tiene por qué suponer un peligro para nosotros u otros conductores, si bien el conductor ejemplar tiene la responsabilidad de seguir los consejos derivados de esta estudio y, de querer deleitarse con alguna canción, apueste por Mozart o Jason Mraz. De forma adicional, quizá te interese conocer estas investigaciones sobre la agresividad al volante. ¡Anímate! ¿Qué opinas de esta información?, ¿estás de acuerdo en que la música puede distraer en función del estilo? ¡Compártelo con nosotros!