¿Realidad o ficción? Lanzan autoescuelas para coches autónomos

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Más de la mitad de nuestros conductores percibe los coches sin conductor como un peligro para la seguridad vial, según una encuesta de Direct Seguros. Los siniestros e incidentes de los modelos autónomos de Google y otras compañías les dan en parte la razón, y explican por qué la mayoría continúan en fase de pruebas. Con el fin de acelerar la implementación de esta tecnología, investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona han lanzado el proyecto SYNTHIA, un simulador de conducción con inteligencia artificial que promete «enseñar» a estos vehículos cómo circular por nuestras carreteras y ciudades de forma segura. Pero ¿en qué consiste exactamente esta autoescuela para coches autónomos?, ¿hasta qué punto son necesarias?, ¿realmente marcarán la diferencia a la hora de reducir la siniestralidad?

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El Next Two de Renault, el camión Otto de Uber, el Ford Fusion Hybrid o los modelos Autopilot de Tesla llevan la voz cantante en el floreciente sector de los coches autónomos. No obstante, las muchas imperfecciones de una tecnología aún emergente han motivado la aparición de un concepto tan novedoso como inesperado: las autoescuelas para coches autónomos. Una de las primeras iniciativas en explotar estas academias virtuales es SYNTHIA (Sistema de Imágenes Sintéticas), desarrollado por el Centro de Visión por Computador de Barcelona, con el firme propósito de resolver todos los inconvenientes derivados de esta nueva forma de conducción, que podría ayudarnos a alcanzar el objetivo ‘cero fallecidos’ en 2020.

SYNTHIA: un primer paso para las autoescuelas de coches autónomos

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Los coches autónomos son el futuro, y la industria automotriz está presionando a los gobiernos para que se conviertan en una realidad cuanto antes. No obstante, aún quedan infinidad de asuntos que resolver, sobre todo aquellos vinculados a la seguridad vial.

Incluso uno de los modelos más avanzados, el de Mountain View, registra cientos de anomalías e incidencias a lo largo de un año, con tasas de siniestralidad propias de un pésimo conductor, por expresarlo sin tapujos. Un buen ejemplo son los 13 accidentes que habrían tenido lugar entre septiembre del 2014 y finales de 2015 si un supervisor (de carne y hueso) no hubiera intervenido. Los prototipos de Tesla y otras compañías punteras se encuentran en una situación similar.

Conscientes de esta problemática, en la Universidad Autónoma de Barcelona se preguntaron: «¿y por qué no idear un sistema capaz de educar y perfeccionar la inteligencia artificial (IA) de vehículos autónomos». La respuesta fue SYNTHIA, una forma rápida, eficaz y asequible de «doctorarlas» sin intervención humana. La figura del operador (altamente costosa en empresas como Tesla) es reemplazada por una suerte de simulador virtual, encargado de monitorear y proporcionar la información necesaria a las IAs, que utilizan este mundo ficticio para incrementar sus destrezas sin riesgo de sufrir accidentes, ni mucho menos lastimar a terceros.

Coches autónomos, el futuro de la industria automotriz

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La industria automotriz está evolucionando a pasos agigantados, y el modelo de conducción autónoma es un excelente ejemplo. A pesar del escepticismo de los encuestados por la aseguradora madrileña, la «invasión» de los coches sin conductor es inminente. Así lo afirma un reciente artículo publicado en Business Insider, que sugiere que 10 millones de estos vehículos circularán por nuestras carreteras en 2020.

Compañías de absoluta relevancia en el mundo de las tecnologías, como Microsoft, Nvidia o BlackBerry, colaboran hoy de forma directa con los fabricantes de automóviles, a fin de ofrecer un rendimiento y fiabilidad que satisfaga a sus clientes. Así, de la forma más insospechada, los caminos de Silicon Valley y de los principales exponentes del mercado automotriz se han cruzado gracias a la irrupción de esta tecnología, presentada en sociedad por Google en 2013.

Pero ¿a qué se debe este interés por una modalidad de conducción que carece de una cuota de mercado definida, y que además promete disparar los precios en los concesionarios? A decir verdad, son muchas las ventajas asociadas al vehículo sin conductor, siendo la fiabilidad uno de los más evidentes (aunque hoy constituya su talón de Aquiles). De acuerdo a la consultora McKinsey, las tasas de siniestralidad y mortalidad en carretera se desplomarán en las próximas décadas gracias al tráfico autónomo, cuantificándose un ahorro de 190 billones de dólares al año sólo en EE.UU. Por otra parte, los ancianos, las personas con discapacidad e incluso los menores de edad podrán desplazarse en este tipo de vehículos, lo que se traduciría en un mayor bienestar para la población y un incremento de los consumidores potenciales para las marcas.

La del proyecto SYNTHIA no es la única iniciativa que se ha propuesto agilizar la llegada de los coches autónomos a nuestras carreteras. El pasado año la Universidad de Michigan inauguró la urbe MCity, un circuito cerrado específicamente diseñado para fomentar el desarrollo y perfeccionamiento de la automoción sin conductor. ¡Anímate! ¿Qué te ha parecido la iniciativa del Centro de Visión por Computador de Barcelona? ¡Compártelo con nosotros!

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