«¿Te sacaste el carnet recién cumplidos los 18, pero la vida te llevó por derroteros muy alejados del volante? ¡Ven y disfruta de las clases de reciclaje para conducir!». Este es el lema con el que incontables autoescuelas pretenden explotar una nueva y fértil cuota de mercado: la del conductor inexperimentado o que ha desarrollado algún tipo de amaxofobia. Dos destinatarios aparentemente distintos pero que tienen mucho en común. El bajo poder adquisitivo, los cambios de hábitos consumistas y la precocidad a la hora de obtener el permiso son algunas de las causas que han provocado el auge de estas clases, donde sus profesores no enseñan a conducir: enseñan a reconducir.
Por qué las clases de reciclaje para conducir viven un ‘boom’
Publicado el Lunes, 31 de octubre de 2016