¿Decimos más palabrotas al volante?, ¿nos volvemos más agresivos y susceptibles cuando conducimos?, ¿encabezan las mujeres las estadísticas de siniestralidad?, ¿por qué soñamos en la carretera? Responder a estas y otras cuestiones no es tarea fácil. Con todo, numerosas universidades y organizaciones han lanzado estudios sobre conducir que arrojan luz sobre estas preguntas, que más de una vez se nos han pasado por la cabeza. Si disfrutaste descubriendo estos beneficios de conducir probados por la ciencia, tienes una cita con las siguientes investigaciones. ¡Sus conclusiones no te dejarán indiferente!

Sólo en España existen 26 millones de conductores, de acuerdo a los sondeos más recientes. Esta cifra tan apabullante nos habla además de la evolución del parque automovilístico en los últimos diez años, con un incremento de nada menos que el 20%. Como quiera que sea, nos parece impensable que el coche autónomo de Google entierre uno de los hábitos más arraigados en nuestra sociedad: conducir.

7 porqués sobre el comportamiento humano al volante

¿Por qué la conducción ha dejado de ser ‘cool’ para los jóvenes?

Aunque en el pasado este símbolo de libertad enloquecía a los jóvenes, hoy la situación es muy diferente, incluso en países como EE.UU, donde los permisos de conducir son más accesibles que en Europa. De acuerdo a la Universidad de Michigan, 1 de cada 4 jóvenes estadounidense carece de licencia para conducir, lo que puede achacarse no tanto al impacto de la crisis económica como a un cambio de hábitos sociales y la falta de tiempo.

¿Realmente decimos más palabrotas al volante?

La marca Ford sorprendió en fechas recientes con este estudio, donde los encuestados no eran los propios conductores sino sus respectivos hijos. En España un 66% de los mismos aseguró que sus progenitores decían palabrotas mientras conducían. En Francia este porcentaje se dispara, mientras que Reino Unido nos aventaja ligeramente y Alemania e Italia están por debajo. El 15% de los niños, además, subrayó que sus padres también cantaban al volante… bastante mal.

¿Por qué somos más agresivos cuando circulamos?

Los toques de claxon, ademanes, malos gestos o las antedichas palabrotas son moneda corriente en los atascos y embotellamientos en carretera. Diversos estudios han asociado con éxito las situaciones de estrés con la siniestralidad. Emociones como la ira o la agresividad afloran al volante con bastante frecuencia. De hecho, el 80% de los conductores españoles se deja llevar por este estado, siendo los alemanes, holandeses y finlandeses los más proclives de Europa. ¿Las causas? La falta de paciencia, la competitividad entre los conductores, el estrés laboral y hasta la percepción negativa de otros usuarios (ancianos, noveles, mujeres, etc.) figuran entre sus factores detonantes.

Mujeres, a la cabeza de la agresividad verbal…

Aunque pueda sorprender, las mujeres se muerden la lengua menos que los hombres mientras conducen, como se deriva de una investigación de la Universidad Tecnológica de El Salvador (UTEC). Con todo, esta agresividad verbal no equivale a agresividad en un sentido físico, donde el género masculino sí lidera las estadísticas.

… y a la cola de la siniestralidad

Por contra, y de acuerdo a la Dirección General de Tráfico, los accidentes son harina de otro costal, pues sólo el 21% de las mujeres los protagonizan, en fuerte contraste con el 79% de los hombres, que tienden a ser más infractores. La consabida frase de “mujer al volante, peligro constante” no resiste el peso de las estadísticas.

¿Microsueños al volante?

¿Sabías que casi el 60% de los conductores españoles experimentan estados profundos de somnolencia al volante, hasta el punto de tener sueños breves? Según la Fundación del Comisariado Europeo del Automóvil (CEA), esta negligencia estaría detrás de casi el 25% de los accidentes mortales en nuestras autopistas. A propósito, quizá te interesen estos consejos para decir adiós a la somnolencia al volante.

La moto, un plus para las funciones cognitivas

Si tenemos entre 40 y 50 años, el scooter podría ser una mejor opción para nuestra salud cognitiva. De acuerdo a un estudio de la Universidad de Tokio, este medio de transporte estimula el funcionamiento de numerosas áreas cerebrales después de 2-3 meses de uso continuado.

Estos y otros estudios sobre conducir ponen de manifiesto que conducir es mucho más que girar un volante y manipular unos pedales. Aspectos como el sueño, las emociones o las percepción de otros usuarios (social) están fuertemente influenciados por nuestra experiencia al volante. Y tú, ¿qué opinas de las conclusiones de estas investigaciones?, ¿cuál de ellas ha logrado sorprenderte más? ¡Compártelo con nosotros!