El número de vehículos sin conductor se multiplica año tras año en las principales ciudades del Europa, América y Asia, y como era de esperar, la legislación intenta ‘acompañar’ el desarrollo de este tipo de tráfico rodado. Un buen ejemplo es la iniciativa conjunta de España y Portugal, presentada a principios de 2018, de abrir corredores 5G para realizar test con vehículos autónomos. A principios de mes, la Dirección General de Tráfico daba la sorprende al anunciar su apoyo a los turismos sin conductor.

Jaime Moreno, subdirector de la DGT, ha asegurado recientemente que, en menos de 2 años, los vehículos sin conductor estarán en las carreteras españolas, circulando con la misma normalidad que el resto de turismos. Aunque la estimación pueda pecar de optimismo, el consenso general del sector automotriz es que los coches autónomos son el futuro.

DGT, a favor del coche autónomo

A principios de junio, la DGT anunció su predisposición a eliminar los obstáculos legales que vienen lastrando el desarrollo e implementación de los llamados coches autónomos, vehículos sin conductor, capaces de circular gracias a un conjunto de sensores e indicadores, similares a los utilizados por Google y su coche autónomo.

Gregorio Serrano, director de la DGT, se ha mostrando entusiasmado con las posibilidades de esta nueva tecnología durante su intervención en la Organización Empresarial de Logística y Transporte UNO. “Asistimos a un momento histórico”, afirma Serrano, “con la esperanza de que deje de haber un factor humano que es la causa del noventa por ciento de los accidentes de tráfico”.

¿Supondrán el fin de las autoescueslas y otros sectores?

A medida que cristaliza la idea del tráfico rodado, total o parcialmente autónomo, crece el debate de cuál será su impacto en industrias tan tradicionales como las autoescuelas, el transporte público o el sector del taxi. Resulta improbable que los profesionales de estos sectores vayan a desaparecer, aunque sí deberán adaptarse a la revolución vial que se espera.

No obstante, esto no significa que no vayan a sufrir cambios significativos, como por ejemplo la introducción de nuevos segmentos. Un buen ejemplo es la iniciativa del Centro de Visión por Computador de Barcelona, SYNTHIA (Sistema de Imágenes Sintéticas), unas academias destinadas a este tipo de vehículos: algo similar a una autoescuela para coches autónomos.

5 razones que explican el apoyo de la DGT a los vehículos autónomos

Menos accidentes

La principal causa de la mayoría de los accidentes automovilísticos hoy es el factor del conductor. El consumo de alcohol, las drogas, el exceso de velocidad, la conducción agresiva o la falta de atención están presentes en un 40% de los siniestros. No es descabellado afirmar que los vehículos sin conductor eliminarían este tipo de accidentes de raíz, al suprimir dicho factor humano.

Disminución de la congestión del tráfico

Los atascos forman parte del día a día en cualquier ciudad, y aunque pueda sorprender, los expertos afirman que tenemos la capacidad de eliminar este tipo de congestiones viales. Todo lo que tendríamos que hacer es dejar de 2 a 3 vehículos de espacio entre nuestro coche y el que tenemos delante. Sin embargo, se ha demostrado que el comportamiento egoísta de la mayoría de los conductores imposibilita que esto se lleve a la práctica. Una vez más, la eliminación del factor humano permite eliminar otro de los grandes males de las carreteras.

Menor consumo de combustible

En la actualidad, el transporte (incluidos los vehículos de pasajeros, autobuses y camiones comerciales) representa aproximadamente un tercio del uso energéticos en países como España y EEUU. Con el uso generalizado de sistemas de conducción autónoma, el tráfico rodado se verá revolucionado, e incluso con los actuales motores diesel se conseguirá un mayor ahorro energético, de acuerdo a las estimaciones.

Productividad humana mejorada

Cualquiera que haya viajado alguna vez en autobús, tren o avión habrá notado la libertad que proporciona a los pasajeros, permitiéndoles aprovechar más y mejor los tiempos de desplazamiento para utilizar sus ojos, sus manos y todos sus sentidos en tareas alternativas. Por contra, las ciclomotores y los vehículos al uso obligan a los conductores a concentrarse en la carretera, incluso durante varias horas al día, sin posibilidad de rentabilizar este tiempo. Con el coche autónomo, este panorama cambiaría de forma sensible.

Mayor movilidad para niños, ancianos y discapacitados

Gracias a los vehículos sin conductor, las personas son algún tipo de discapacidad o limitación (ya sea por su edad o por su condición), podrán desplazarse hasta su trabajo y conseguir una mayor libertad gracias a los coches autónomos, pues no requerirán ni carnet ni competencias para desplazarse en este tipo de vehículos.

Así las cosas, parece claro que los coches autónomos no tardarán en circular con normalidad por las calles, avenidas y carreteras del territorio español. ¡Ahora es tu turno! ¿Qué opinas de esta nueva tecnología?, ¿dirías que supondrá un avance o traerá consigo males mayores? ¡Compártelo con nosotros!